El artista británico Neil Harbisson llama la atención donde quiera que vaya, pues se implantó una antena en la nuca para poder escuchar los colores.
Harbisson, quien nació un 27 de julio de 1984, es la primera persona en el mundo reconocida como cíborg por un gobierno, el de Reino Unido.
El músico se implantó dicha antena para paliar su acromatopsia, una enfermedad congénita que solo le permite ver en blanco, negro y grises, así que con con ese dispositivo lo que hace es que percibe los colores en forma de vibración que luego traduce a notas musicales.
Gracias a este fascinante implante, Harbisson también percibe rayos ultrarrojos y ultravioletas.
El camino que recorrió Neil Harbisson no fue nada sencillo ya que la idea de unir la tecnología y un organismo natural, que en este caso era su cuerpo, parecía estar destinada solamente a historias futuristas.
Fue con la ayuda de Adam Montandon, un experto en desarrollo de tecnología, que Neil pudo crear el aparato que tanto necesitaba y anhelaba, pero debido a recomendaciones éticas tuvo que llevar a cabo la operación en la que fue colocada el implante en total clandestinidad.
Debido a esto junto con la bailarina cíborg española Moon Ribas creó la Fundación Cíborg y la Transpecies Society, organizaciones que ayudan a otras personas a seguir su camino y que defienden sus derechos si es que desean transformarse en cíborgs.
Para ellos ser cíborgs es, literalmente, ser arte, pues están creando nuevos sentidos, nuevos órganos.
Los antecedentes
El término cíborg se acuñó en 1960, en plena carrera espacial. Los científicos Manfred Clynes y Nathan S. Kline utilizaron la contracción de las palabras cybernetic y organism en un artículo de la revista Astronautics en el que proponían un sistema hombre-máquina capaz de sobrevivir en entornos diferentes al terrestre.
Por lo tanto, Johnny Ray, un veterano de Vietnam, es considerado como el primer cíborg.
Su historia como tal empezó en 1997 cuando el médico y científico Philip Kennedy le implantó unos electrodos en el cerebro, pues despertó de un coma con su mente intacta, pero no podía mover su cuerpo.
Los electrodos fueron conectados a una computadora para que esta transmitiera información básica como el elegir palabras de un menú y precisamente así fue como nació el primer cíborg.
Desde hace siglos el hombre ha soñado con expandir sus límites y con lo que hizo Neil Harbisson dicho sueño ya es una realidad para la que tal vez aún no estemos preparados, pero ya está aquí.