Paul Van Doren, cofundador de la empresa Vans, falleció a sus 90 años.
La compañía anunció, a través de sus redes sociales, la muerte de Van Doren, sin dar más detalles sobre la causa del deceso.
“Con gran pesar en el corazón Vans anuncia el deceso de nuestro co-fundador Paul Van Doren”, se lee en un tuit.
It's with a heavy heart that Vans announces the passing of our co-founder, Paul Van Doren. Paul was not just an entrepreneur; he was an innovator. We send our love and strength to the Van Doren family and the countless Vans Family members who have brought Paul’s legacy to life. pic.twitter.com/5pDEo6RNhj
— Vans (@VANS_66) May 7, 2021
Desde un principio los icónicos tenis de Vans se hicieron populares entre los patinadores, por lo que se convirtieron en un éxito a nivel internacional.
Recientemente, Paul publicó su libro Authentic: A Memoir by the Founder of Vans en donde contó cómo junto a su hermano Jim y sus socios Gordon Lee y Serge Delia abrieron la compañía de calzado el 16 de marzo de 1966 en Anaheim, California.
Su aventura comenzó, de acuerdo con dicho libro, cuando la empresa en la que trabajaba, la Randy’s Rubber Company, lo envió a California a la que en aquel momento era la tercera fábrica de calzado más grande de Estados Unidos, la Randy’s West en Garden Grove para optimizar el proceso de producción de tenis.
Su vida dio un giro de 180 grados cuando instaló un stand de Randy’s en el Open Surf de 1964 y conoció al famoso surfista hawaiano Duke Kahanamoku.
Resulta que a Paul Van Doren se le ocurrió hacerle un par de tenis que combinaran con su camisa hawaiana, lo que le fascinó al deportista y le abrió las puertas a la comunidad del surf.
Poco tiempo después de esto, la visión de Paul Van Doren respecto al rumbo que Randy’s debía tomar empezó a chocar con la de los directivos, así que decidió poner en marcha su propia empresa y hacer realidad su visión.
Tal fue el éxito que Vans tuvo que en un principio le costó muchísimo trabajo hacerle frente a la gran demanda que sus tenis tenían, pues estos eran sumamente diferentes a lo que había en el mercado ya que contaban con personalidad y un atractivo diseño.
La primera fábrica y tienda de Vans abrió sus puertas en el 704 de E. Broadway en Anaheim, California, en 1966.
Paul Van Doren innovó en todo, hasta en la forma de vender su producto y justo por eso se le ocurrió que sus clientes las podrían comprar individualmente y no en pares, como hasta entonces esto se acostumbraba. Lo anterior le fascinó a los patinadores, debido a que siempre se acababan uno antes que el otro.
A partir de entonces, los Vans se volvieron parte de dicha comunidad. Pero el momento en el que su popularidad se disparó realmente fue cuando Sean Penn apareció en la película Fast Times at Ridgemont High con un par de Checkerboard Slip-Ons.
En 1976 salieron los Vans #95, mejor conocidos como los Era, contaban con diferentes colores y combinaciones por lo que fueron todo un éxito entre los patinadores.
Gracias a esto, las Vans se convirtieron en una verdadera sensación y pasó de facturar de $20 a 40 millones de dólares al año.
Sin importar esto, Vans pasó por tiempos difíciles ya que la piratería mermó su negocio. El resultado de lo anterior fue que la empresa tuvo que declararse en quiebra y poco tiempo después pasó a manos de un banco, aunque la dirección de la empresa siguió estando en manos de la familia Van Doren.
Fue hasta la década de los 90 que Vans logró resurgir y convertirse en la compañía que hoy en día conocemos.