El diseñador con sede en París, Rick Owens, ha sido llamado de muchas maneras a lo largo de su carrera: un antihéroe, gótico, el "príncipe de las tinieblas" de la moda, entre tantos otros. Pero la realidad es que ha sido etiquetado como tal debido a su propensión a una obra en gran parte noir, gris y de tonos hielo, por su despliegue de motivos de pentagrama en ropa interior o astas de alce en muebles, y por su estética general, que es, en esencia, entusiastamente antisistema.
Owens, que es mitad estadounidense y mitad mexicano, ya que su madre es de Puebla, nació y se crió en Porterville, California, antes de lanzar su línea homónima en Los Ángeles en 1994, que triunfó. En 2003 se mudó a la capital francesa con su pareja Michèle Lamy, y desde ahí ha trabajado desde entonces, con frecuentes viajes a Venecia, el Lido de Italia, donde tiene un ático con vista al mar y ha llevado a cabo desfiles íntimos.
Recientemente Rick presentó su colección Primavera-Verano 2022 titulada Fogachine, donde los looks destacados incluyen blusas transparentes alargadas y teñidas por inmersión sobre un traje de cuerpo apenas visible y botas de pitón con forma de férula, así como un vestido de tul ondulante, casi como un caftán, bordado con plumas iridiscentes de cuervo. En general, la colección reverberó con confianza y una especie de energía elegante pero amenazante; fue una especie de regreso a casa para Owens, que sigue sin asignar demasiadas emociones específicas a su trabajo aunque se mantiene más vigente que nunca.
Junto a otros creadores como Comme des Garçons o Ann Demeulemeester, Rick resalta también por ser uno de los pioneros de la moda sin género, con lo que ha recibido numerosos elogios, incluido un premio Lifetime Achievement Award del Council of Fashion Designers of America, haciéndolo uno de los íconos predilectos de la escena actual de la moda.
Su marca, que sigue siendo propiedad mayoritaria de él y Lamy, es una historia de éxito, con cientos de millones de dólares en ingresos por año gracias a su colección principal, sus líneas de difusión, su colección de muebles, asociaciones y más, que han definido su estilo glunge (una mezcla entre gótico y grunge) y su estética dark en las antípodas de la imagen de sol y playa que proyecta su ciudad, Los Ángeles.
El producto de Owens es ultra lujoso, pero no se apega a los confines de la opulencia estereotipada y de venta masiva.
Cueros ampollados, pieles exóticas, tejidos de punto de cachemira muy finos, denim sobrelavado y un poco de glamour rudo, como inyecciones de lentejuelas o láminas, han jugado un papel en la definición de su singular diseño vernáculo.
Sus formas y siluetas son descomunales, ceñidas, lánguidas y, francamente, cautivadoras, pero todo se solidifica para formar algo futurista y profundamente primitivo a la vez.
De neandertal a alienígena, y sin embargo, extrañamente adecuado para la era moderna, Rick ha sido capaz de comprender y usar elegantemente la incertidumbre y los tiempos tan cambiantes del mundo en su obra. Al final, es este enfoque equilibrado que ha hecho que su moda pueda prosperar como un estira y afloja entre la tristeza y la alegría, así como entre su historial de controversias y sus pinceladas verdaderamente brillantes.
"Me parece bien y estoy cómodo de que haya dos géneros, porque lo que me interesa de todo es ver el punto en el que confluyen ambos", menciona el talentoso diseñador.
A través de los años, Rick se ha convertido cada vez más en un favorito de las celebridades, amado por estrellas como Lil Uzi Vert, Kim Kardashian, Rihanna y Timothée Chalamet, quienes han vestido al diseñador en el Met Gala.
Con respecto a su propia visión y a cómo se prepara para enfrentar lo que sigue, Rick ha declarado:
Con los espectáculos que regresan después de la pandemia, todos querrán demostrar que son más fuertes que nunca, que son más poderosos que nunca. Eso un poco horrible, pero lo entiendo. Así que ahí es donde está mi cabeza en este momento. Estoy pensando que nadie quiere ver humildad; nadie quiere ver una lección humilde. La gente quiere ver que volvimos a tener todo el poder. La gente quiere imaginar que todo va a salir bien y que lo tenemos todo bajo control.