Las obras de Jen Stark ponen a prueba nuestros sentidos. ¿Cómo? sus piezas hipnotizan a quienes las mira. Para lograrlo emplea materiales como papel, madera, metal y pintura.
Con estos elementos Stark conceptualiza sistemas visuales para simular el infinito, pero también el crecimiento, la evolución, los fractales, las topografías miméticas y las geometrías sagradas de las plantas.
Es por eso que sus obras, que ahora se exhiben en Joshua Liner Gallery en Nueva York, se asemejan a estructuras orgánicas y moleculares.
En ellas impregna efectos cinéticos y ondulantes que sirven para sacar al espectador de la realidad.
Sus envolventes patrones de eco y diseños inverosímiles encontrados en la naturaleza, han hecho de Stark una destacada artista.
Naturaleza y mandalas hipnóticos
Nacida en Miami, Florida, Jen se inspira en colores vivos y figuras del mundo natural.
Así, la artista de 35 años se interesa particularmente en las criaturas marinas fosforescentes y en los mandalas.
De este modo, Stark conduce a un plano astral en el que las fases vibratorias se convierten en una experiencia sacrosanta y curativa para el espectador.
Su capacidad para crear configuraciones naturalistas, mínimas y atmosféricas son legado de Yayoi Kusama y Sol Lewitt.
A esta lista se suman Tara Donovan, Tom Friedman, Andy Goldsworthy, Ernst Haeckel y los artistas fetichistas de los años sesenta.
La serie de objetos escultóricos, murales y películas animadas, se han exhibido en todo el mundo.
Su trabajo se encuentra en las colecciones del Smithsonian American Art Museum, West Collection, Crystal Bridges Museum of American Art, Museum of Art Fort Lauderdale y MOCA Miami, entre otros.
Estudió en el Maryland Institute College of Art, donde se graduó en 2005. Vive y trabaja en Los Ángeles.