Amezaiku, un arte dulce que se niega a desaparecer
Si te gustan los dulces, el arte y Japón, debes conocer amezaiku. Ameizaku, es un caramelo de origen japonés totalmente extraordinario. Comenzaron a realizarse en el periodo Heian como ofrendas en distintos templos de Kioto. Pero no fue sino hasta el periodo Edo -en el cual se dio un importante florecimiento cultural- que estos preciados objetos se popularizaron. Es por ello que son considerados como una deliciosa y bella confitería centenaria. Las piezas artesanales son trabajadas a mano con jarabe fundido de azúcar y calentadas aproximadamente a 176 grados Fahrenheit. La rapidez es fundamental, alrededor de cinco minutos para moldear las figuras y empalarlas antes de que con la temperatura ambiente ya no se puedan modificar. Auténticas esculturas cobran forma de peces, dragones, perros, gatos, etcétera. El límite es la imaginación y pericia del artesano. Después de esto, se pueden añadir colorantes para alimentos con un pincel fino para colocar mayor detalle. Finalmente, con una cuchilla se dan los últimos toques para asegurar un acabado liso. Los dulces parecerían piezas de vidrio soplado, pero no, son comestibles y deliciosos. A través del tiempo su producción ha fluctuado, no existen escuelas para aprender la técnica, solo pasa de generación en generación o algunos interesados que se acercan a la tradición. Sin embargo, se niega a desaparecer y continúa su curso. Además de ser hermosas muestras de arte, también pueden ser un souvenir maravilloso. También te puede interesar:
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