Memento mori: La escalofriante costumbre de retratar a los muertos
Las costumbres cambian, se modifican. Lo que antes parecía parte del día a día hoy causa escalofríos.
Y cómo no hacerlo si en la era victoriana era común retratar a las personas muertas, particularmente a los niños.
Esta tradición buscaba conmemorarlos, guardarlos, y quererlos aún después del deceso.
Por ejemplo, en aquel entonces las enfermedades y epidemias eran devastadoras, por lo tanto, la vida era más corta.
Pero la muerte en los infantes fue muy usual, ya que los avances médicos no eran óptimos ni suficientes.
Quizá por eso es que las personas trataban de retener lo más posible el recuerdo de algún ser querido.
De 1830 a 1900 esta tradición que comenzó en Inglaterra poco a poco se extendió por distintos países.
También era usual portar medallones o anillos con cabello o un trozo de prenda del difunto.
Retratar a la muerte cobró fuerza y popularidad, como una especie de recordatorio acerca de que todos vamos por el mismo camino.
Sin embargo, con el paso de los años este habito cambió.
Actualmente no es considerado adecuado fotografiar a un ser querido cuando ya no tiene vida.