Henri Rousseau: 'el aduanero' francés con corazón selvático
A finales del siglo XIX, las pinturas coloridas y naif de un tal Henri Rousseau comenzaban a llamar la atención en el Salón de los Independientes de París.
Henri Julien Felix Rousseau nació en Laval, Francia, en 1844, y tras la muerte de su padre se mudó a París.
Desde niño, Henri Rousseau tuvo afinidad por la pintura y el dibujo, pero comenzó a pintar constantemente alrededor de los 40 años.
Trabajó por años en oficinas de impuestos de productos que entraban a París, y de ahí recibió el sobrenombre el aduanero.
Participó constantemente en el Salón de los Independientes a partir de 1886 y hasta su muerte en 1910.
En 1891, Tigre en una tormenta tropical ¡Sorprendido!, tuvo la primera reseña positiva de su carrera.
Selvas en plena urbe
Henri Rousseau nunca salió de Francia.
Para las escenas exóticas que representaba se inspiraba en los paseos que hacía regularmente al Museo de Historia Natural de París, al Zoológico y al legendario Jardin des Plantes de la capital francesa.
También se sabe que coleccionaba imágenes impresas que luego usaba de referentes para sus pinturas.
Una de sus fuentes más importantes fue el álbum Bêtes Sauvages, que reunía alrededor de 200 fotografías de animales en cautiverio.
Influencia vanguardista
El trabajo autodidacta de Henri Rousseau fue ridiculizado por la crítica.
Paradójicamente, sus imágenes coloridas y sus representaciones como de cuentos infantiles fueron sumamente influyentes para los artistas de las vanguardias históricas.
La influencia de Rousseau se haría evidente en pintores como Picasso, Léger, Beckmann y en el movimiento surrealista.
Hoy en día las pinturas de Henri Rousseau siguen inspirando artistas, músicos, poetas y creadores de todas las disciplinas.