René François Ghislain Magritte (1898-1967) mejor conocido como René Magritte, fue el pintor surrealista belga que más influyó en la pintura de su país en el siglo XX.
Conocido por sus ingeniosas y provocativas imágenes, buscaba con su trabajo cambiar la percepción precondicionada de la realidad y forzar al espectador a hacerse hipersensitivo a su entorno.
Magritte dotó al surrealismo de una carga conceptual basada en el juego de imágenes ambiguas y su significado denotado a través de palabras, poniendo en cuestión la relación entre un objeto pintado y uno real.
René siempre fue muy independiente y mantuvo sus ideas y principios artísticos por encima de modas o intereses grupales.
Su estilo, también llamado “realismo mágico”, investiga las ambiguas relaciones entre palabras, imágenes y los objetos que estas detonan.
En sus cuadros es común ver juegos de duplicaciones, ausencias y representaciones dentro de representaciones.
También manipulaba imágenes cotidianas como un juego con el que exploraba los límites de la percepción.
La ironía, la subversión de los valores ópticos de la pintura tradicional y los juegos de palabras, eran temas que interesaban a René Magritte.
Sus cuadros carecen de complejidad, dramatismo o la apariencia convulsa de otras obras surrealistas y presentan menudo guiños o referencias a la pintura tradicional.