Paul César Helleu: retratista de la feminidad francesa e inspiración de Proust

17 de Diciembre de 2020 a las 09:00 hrs.
Paul César Helleu: retratista de la feminidad francesa e inspiración de Proust. FOTO Christies
Paul César Helleu: retratista de la feminidad francesa e inspiración de Proust. FOTO Christies

 

La estética elegante y refinada de la mujer francesa de la Belle Époque del siglo XIX, quedó inmortalizada en la obra del pintor Paul César Helleu, quien se especializó en retratar la belleza y pragmatismo de la figura femenina de la alta sociedad.

Nacido en Vannes el 17 de diciembre de 1859, Helleu experimentó con la pintura al óleo, el grabado a punta seca y los gises pastel, tras ingresar a la École des Beaux-Arts en 1876, junto al pintor Jean-Léon Gérôme.

Encontró inspiración en la obra de John Singer Sargent, James McNeill Whistler y Claude Monet por su técnica moderna, la pulcritud de sus escenas exteriores y esbozos alla prima –técnica que consiste en aplicar la pintura directamente sobre el lienzo, sin un boceto inicial o dibujo previo detallado–.

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No obstante, se inclinó por los retratos al conocer el trabajo de Giovanni Boldini, y a ello dedicó la mayor parte de su producción.

A lo largo de los años su modelo favorita fue Alice Guérin por la delicadeza de sus rasgos y actitud refinada, quien se convirtiera en su esposa en 1886, cuando ella tenía 16 años y él 27.

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Para esa época, dos de sus principales impulsores y admiradores de su obra fueron Edgar Degas y el poeta Robert de Montesquiou, mismo que en 1913 publicó un libro sobre Helleu con reproducciones de cien de sus impresiones y dibujos.

Dentro de los salones literarios conoció al afamado Marcel Proust y entabló una cercana amistad con él, al punto que Proust creó un personaje literario inspirado en Helleu en su novela En busca del tiempo perdido como el pintor Elstir. En tributo, el artista realizó un retrato del escritor en el lecho de su muerte.

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Apoyado por la Condesa Greffulhe, prima de Montesquiou, Paul expandió su carrera exitosamente al convertirse en retratista de las mujeres de los estratos más altos de la sociedad parisina y norteamericana; entre las mujeres que pintó, destaca la Duquesa de Marlborough, la Marquesa Casati, Belle da Costa Greene, Louise Chéruit, y Helena Rubinstein.

Hacia 1920 desencantado por el final de la Belle Époque tras un viaje a Nueva York, se alejó de la vida artística y se dedicó de lleno a la vida familiar.

Tiempo después, mientras organizaba una exposición con Jean-Louis Forain, murió el 23 de marzo de 1927 a la edad de 67 años.

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