A la edad de 75 años, y poco más de 300 años desde que Diego Velázquez pintara su obra maestra, Las Meninas, Pablo Picasso realizó una serie de 45 variaciones con las que interpretó la pintura más famosa del pintor barroco español.
Pintados entre agosto y diciembre de 1957, los cuadros buscan deconstruir –mediante un estudio analítico de los diferentes elementos que conforman la estructura conceptual de una obra–, y replantear las pinturas más representativas de los clásicos, como el Almuerzo en la hierba de Manet, Las mujeres de Argel de Delacroix, Las Meninas, entre otras.
Eterno admirador del autor barroco, desde que visitó el Museo del Prado a la edad de 12 años, Picasso encargó una ampliación fotográfica de la imagen de Velázquez en blanco y negro para tener una referencia permanente de la obra en su casa de Cannes.
La técnica que el autor utilizó para la serie fue óleo sobre tela y las medidas de sus lienzos son variables. Es así que podemos encontrar obras de grandes formatos (194 cm por 260 cm), o más pequeños (18 cm por 14 cm).
Cabe destacar que esta es la única serie del pintor conservada, en su totalidad, por el Museo Picasso de Barcelona, a donde él mismo la donó en mayo de 1968 como homenaje a Jaime Sabartés, íntimo amigo suyo y secretario de dicha institución.