Las obras de arte a las que da vida la artista mexicana Pia Camil son poco tradicionales.
La práctica de esta extraordinaria artista abarca instalación, pintura, cerámica y proyectos públicos que siempre cuentan con una profunda investigación subyacente sobre el consumismo, la globalización y la relación entre una ciudad y su gente.
Nacida en la Ciudad de México, Camil estudió en Estados Unidos y Gran Bretaña, lo que le brindó una visión más amplia del mundo a una temprana edad.
Debido a esto, cuando regresó a la CDMX después de la universidad, Pia Camil se sorprendió muchísimo al descubrir que el paisaje de la ciudad se había vuelto totalmente desconocido para ella. Esto hizo que reflexionara sobre el mismo y analizara cómo abordar el fenómeno a través de sus creaciones.
Instalación Organismo Multi Orgásmico, 2022. Pia Camil. Fuente: Pia Camil Website
A partir de ese momento, el interés de esta artista por los escombros de la Ciudad de México la llevaron a trabajar con las ruinas urbanas y las vallas publicitarias abandonadas. La urbe y todo lo relacionado a esta se convirtieron entonces en su gran fuente de inspiración.
Otra de las grandes obsesiones artísticas de Pia Camil es la de engendrar una relación íntima y directa entre sus obras y el público en un extraordinario esfuerzo por eludir el enfoque a menudo consumista de la visualización del arte.
Lo anterior suena sencillo, pero no lo es por el gran trabajo que esto implica. Para lograr su objetivo, esta artista encontró en los textiles el material ideal.
Here Comes the Sun, 2019. Pia Camil. Fuente: Pia Camil Website
Lo importante de los textiles con los que Camil trabaja no es el material en sí mismos, sino lo que representan. Resulta que en varias de sus instalaciones ella suele usar desde playeras, jeans u otros tipo de prendas que fueron hechas en lugares como México u otras ciudades de Latinoámerica y que luego fueron exportadas a los Estados Unidos.
Lo crucial de esto es que dichas prendas regresan a sus puntos de origen, es decir, donde fueron creadas, pero como mercancías de segunda mano.
Al final, el cuestionamiento y la gran imaginación de Pia Camil, quien suele trabajar de la mano con grandes costureras, ensambla todas estas prendas para crear asombrosas e inesperadas instalaciones textiles con las que el público puede interactuar y reflexionar.