La plasticidad colorida de “pop ingenuo” de Katie Stout (1989) –como ella misma define su obra– sobresale en el extenso trabajo que abarca todo tipo de mobiliario: iluminación, estanterías, espejos, alfombras y cortinas.
El arte de la diseñadora nacida en Portland está motivado por el impulso de transformar sutilmente las formas y funciones utilitarias de cada objeto para crear una experiencia que sobrepase las fronteras de lo cómodo. Con ello, animar a los espectadores a observar la cotidianidad desde una perspectiva creativa y alocada.
Su trabajo entra en las categorías de refrescante y cautivador, en un sentido simultáneo de oscura ironía y la evocación a la inocencia infantil.
“La intención de Stout es quitar algunas de las capas de seriedad que a menudo se asocian con el concepto de diseño, así como con el melodrama de la vida familiar. Las piezas están destinadas a ser bien utilizadas, al elevar la idea de ‘desgaste’ como una parte bienvenida de la narrativa de cada obra”, explica la agencia de representación R & Company.
En la carrera de Katie Stout se enlista una destacada variedad de colaboraciones con distintas marcas, entre ellas la que realizó con Bjarne Melgaard para su instalación en la Bienal de Whitney 2014.
De su trayectoria también destaca la exposición Bedroom Curio en Design Miami en 2015, Free Play de Santa Bárbara en 2017, Women + Design: New Works del Dallas Museum of Art en 2019, en donde su obra también forma parte de la colección permanente.