El 10 de junio de 1880 nació André Derain, principal pintor francés del fauvismo y una de las figuras más destacadas del movimiento moderno.
Estudiante de la Académie Carrière, se acercó a Henri Matisse y Maurice de Vlaminck, a la par que tomó apuntes en el Museo del Louvre.
Su interés por la obra de Paul Cézanne y Vincent van Gogh, influyeron en su pintura característica por el puntillismo.
Sin embargo, Paul Signac influyó en la aplicación de colores puros y sin mezclar.
De este modo, André Derain realizaba pinceladas de pequeños toques gruesos y cuadrados que daban a la superficie pictórica un aspecto de mosaico.
En 1905 presentó sus obras junto a Matisse, Vlaminck y otros jóvenes artistas, en el Salon d’Automne, esto les valió el calificativo de fauves (salvajes) por parte del crítico Louis Vauxcelles.
Al igual que Calude Monet, Derain fue enviado por el marchante Ambroise Vollard a Londres, para que repitiera la experiencia de pintar sobre el río Támesis.
Esto significó su periodo más próspero con obras como Una Esquina de Hyde Park, El Puente de Westminster y El London Bridge.
Después de este periodo, André Derain se relacionó con Max Jacob, André Salmon, Guillaume Apollinaire, Georges Braque y Pablo Picasso.
Con estos dos últimos compartió el interés por el arte primitivo, que influyó en sus esculturas en piedra.
La destrucción
En 1908 destruyó gran parte de su obra para concentrarse en una serie de paisajes en los que partía del constructivismo de Cézanne.
El cubismo de Braque y Picasso también estuvieron presentes en este periodo que dio un cambio radical, luego de pasar cuatro años al frente durante la Primera Guerra Mundial.
Su pintura se hizo más clásica, bajo la influencia de Jean-Baptiste-Camille Corot y de los grandes maestros del clasicismo.
Pese su éxito y fama mundial, su nueva etapa fue severamente criticada, misma que incrementó con la ocupación alemana en Francia.
Admirado por los nazis, el ministro del exterior Ribbentrop le pidió que pintara a su familia. El artista se negó, pero aceptó una invitación a Berlín en 1941 que fue publicitada por el gobierno alemán.
Enfrentó graves acusaciones de colaboracionismo y su carrera se vio eclipsada, aunque continuó con sus trabajos de escenógrafo e ilustrador.
Murió el 8 de septiembre de 1954 a los 74 años, tras ser arrollado por un camión en Garches.