Por su personalidad, actuaciones atrevidas e inigualable voz, James Douglas “Jim” Morrison (1943-1971) es considerado uno de los cantantes más icónicos e influyentes de la historia del rock.
Morrison fue uno de los iconos más rebeldes de la cultura popular.
Hijo de un militar estadounidense, vivió en diversas bases militares y se cree que ese tipo de vida sin apego marcó profundamente su personalidad.
Desde joven fue un apasionado de la poesía, la pintura y la literatura.
Estudió en la Universidad Estatal de Florida y después cine en la UCLA, en Los Ángeles, donde perteneció a la misma generación que Francis Ford Coppola.
Morrison decidió centrarse de lleno en la poesía y se mudó a Venice Beach, ahí viviría en la azotea de un edificio y en otros sitios más.
Esta fue una época de descubrimientos y con ella también vinieron sus primeros contactos con las drogas.
Pese a las múltiples amantes que tuvo, Pamela Courson fue el gran amor de la vida de Morrison, a quien definía como su alma gemela, su amor cósmico.
Jim era muy inteligente y leía textos que eran complejos para la mayoría.
En busca de difundir su poesía, Morrison mostró a Ray Manzarek un par de sus trabajos para que fueran musicalizados.
Durante ese encuentro, Manzarek pidió a Jim que cantara alguno de sus poemas, a lo que éste respondió con un canto tímido de los versos de Moonlight Drive. Al escucharlo, Manzarek quedó fascinado con el talento de Morrison y le pidió que formaran una banda.
Fue así como, de la mano de Ray Manzarek en los teclados, Robby Krieger en la guitarra, John Densmore en la batería y Jim Morrison en la voz, se formó la legendaria banda de rock The Doors.
La mayor influencia de Morrison como cantante fue Elvis Presley. Jim sufría de pánico escénico y en diversas ocasiones llegó a cantar de espalda al público para así poder dominar sus miedos.
Con el tiempo, su seguridad cobró fuerza y sus presentaciones se volvieron provocadoras e incluso los conciertos de la banda fueron prohibidos en varias ciudades de los Estados Unidos.
Sin embargo, sus adicciones al alcohol y a las drogas lo llevaron a verse inmerso en diversos conflictos, uno muy sonado fue su detención en pleno concierto en la New Heaven Arena en 1967, por incitar a un motín tras lanzar insultos a un policía.
Tras dicho incidente, vinieron muchos más detrás. Finalmente, en 1971 y tras el riesgo de ser condenado a prisión, decidió abandonar la música, radicar en París y dedicarse de lleno a la poesía.
La mañana del 3 de julio de 1971, Pamela Courson lo encontró muerto en la bañera de su departamento en El Barrio de Le Marais en París, Francia, donde vivían juntos.
Aunque existen varias versiones sobre la muerte de Jim Morrison, incluyendo la de un suicidio y de un asesinato, su talento y carisma lo convirtieron en una leyenda inmortal del rock.