Conocida como sonido binatural, el origen de la música 8D se remonta a la época de los 80.
Su creador es Hugo Zuccarelli, un argentino que desarrolló el sistema holofónico de grabación y reproducción.
A través de un maniquí en tres dimensiones llamado Ringo fue como Zuccarelli logró imitar ese sonido, mismo que se fundamenta en cuatro principios relacionados con el sonido: retardo temporal, efecto Hass, longitud de la onda y el enmascaramiento.
El efecto Hass describe cómo el cerebro, si el sonido proviene de diversas fuentes, solo tiene en cuenta el que proviene de la fuente más cercana, pero localiza su origen como procedente de algún intermedio entre todas.
Basado en ese principio, el sonido binatural juega con la distancia de emisión del sonido de la fuente, es decir, que aunque una determinada pista suene en ambos oídos, el cerebro solo tendrá en cuenta la fuente de sonido más cercana.
De este modo es como podemos percibir una tercera dimensión (llamada 8D) al momento de escuchar una canción en teoría plana.
Pink Floyd fue el primer grupo conocido que empleó el sonido 8D en su álbum The Final Cut.
Michael Jackson también empleó este tipo de sonido en algunas de sus pistas.
Posteriormente el Dolby Surround cobró fuerza y dejó de lado al 8D, pero en la actualidad este sonido ha vuelto a los escenarios con más fuerza.
Si quieres vivir la experiencia completa del 8D, ponte tus audífonos y reproduce el video que te dejamos a continuación. Si eres muy sensible, te recomendamos no escucharlo.
Este ejemplo es menos sorprendente que el anterior, pero te dejará muy claro cómo es la experiencia 8D.