Las ilustraciones de Hikari Shimoda son encantadoras, pero a la vez desarmantes.
Un mundo donde la ternura y la dulzura coexisten con el horror y la brutalidad, lo cual resulta sumamente brillante.
Inspirada en el manga y el anime japonés, Shimoda expresa problemas actuales con coloridas técnicas e ilustrativas que a menudo representan niños con los ojos llenos de estrellas.
Vestidos con trajes heroicos que se asemejan a superhéroes y chicas mágicas, Hikari Shimoda crea piezas de jóvenes que usan su magia, revelando problemas y luchas en la sociedad contemporánea.
Con una yuxtaposición de pinceladas, texto y collage sus personajes aluden a Jesucristo, como salvador de la humanidad y a los héroes de fantasía.
El mensaje de Shimoda va más allá, pues para ella es indispensable transmitir a los adultos la importancia de criar a los niños del mundo y defender el planeta que hemos construido.
Y es que para esta ilustradora es súper importante la niñez y transmitir mensajes contundentes, pues sobrevivió al gran terremoto del este de Japón y al accidente de la Planta de Energía Nuclear de Fukushima en 2011.
Shimoda se interesa en las diversas conexiones que tenemos en el mundo, realizando series realmente poderosas y conmovedoras.
Su serie Paradero de Dios, que presenta a niños de otro mundo adornados con un collar de Chernobyl, es prueba del mensaje de esta artista japonesa.
Sobre los ojos, hace hincapié, debido a que no solo comunican la personalidad de cada personaje, sino que también son un reflejo de los propios sentimientos e ideas de Shimoda:
“Esos niños que llevan una expresión vacía de desesperación y soledad están reflejando las emociones de las personas que los miran. Esos niños vacíos son, por así decirlo, "tazas de mis emociones", algo en lo que podría verter mis emociones. Sus ojos brillantes miran al espacio, mientras reflejan tanto la luz como la oscuridad, y esos cuernos son una metáfora de las emociones sin palabras como la furia y la desesperación que la gente siente hacia las cosas irrazonables de este mundo”, describe en su página oficial.
Con cada pieza nueva, Shimoda avanza en su búsqueda de la salvación y su comprensión más profunda de este mundo caótico.
Con sede en Nagano, Japón, estudió ilustración en la Universidad de Arte Kyoto Saga y en la Escuela Aoyama Juku.
En 2008, comenzó su carrera como artista hasta que fue seleccionada para su primera exposición individual en Motto Gallery en Tokio.
Desde entonces ha realizado exposiciones en galerías de todo el mundo, incluidos Japón, Estados Unidos, Canadá y Europa, destacando por su reflexivo y conmovedor mensaje.