El artista callejero del Valle di Comino, Italia, Oniro, comenzó a pintar paredes en 2005, caso de forma autodidacta.
Su trabajo está inspirado en el mundo onírico que abre infinitos caminos hacia el descubrimiento del yo a través de una mezcla de imágenes y sensaciones que hablan en claves simbólicas.
Oniro es el anagrama de su nombre real y también es una referencia a la mitología y al mensajero de los sueños.
Para el artista italiano, sus murales son un pedazo de él que emerge de las habitaciones secretas del inconsciente con el que juega, refleja y cuestiona.
La naturaleza es una constante en sus impresionantes obras: el agua, los animales, las flores llenan de vida fachadas de edificios y paredes abandonadas.
Su mural “Mater Divina” (2019) es un homenaje a la gran diosa Madre Tierra, divinidad femenina que, con el paso de los años persiste, tomando varios nombres y formas y quedando arraigada en las culturas actuales.
Ese culto refleja la santidad de la tierra y de la vida que brota de ella, el principio inteligente que anima las plantas y todas la criaturas.
La obra forma parte del proyecto de reciclaje de edificios populares en Sora, Italia.
El ojo también es una constante en sus creaciones por su fuerte simbolismo y el efecto observador que genera en el espectador.
Sora, Ceccano, Isola del Liri, Atina, Palermo, Battipaglia, Varsovia y Belgrado, son algunos de los lugares en los que se pueden admirar los murales de Oniro.