El petate: Objeto mexicano de tradición e historia que se extingue
El petate es muy preciado para la cultura mexicana y va mucho más allá de un simple objeto.
Guarda un profundo simbolismo y su utilización adquiere matices extraordinarios, casi mágicos.
Proviene de la palabra náhuatl petatl que se refiere a este artículo.
Es un tapete hecho de palma que se trenza para que cobre forma, generalmente rectangular.
Su hechura requiere días de trabajo, por lo que no es sencillo. Las mujeres son las que en su mayoría se encargan de elaborarlo.
Muchas actividades se realizan en él, de ahí su relevancia.
De la cuna a la tumba
El petate fue un elemento básico durante mucho tiempo en México.
Se utilizaba como cama, por lo que involucra sueños, pero su significado es más intenso.
Ahí se paría, se dormía y se moría. Es decir, la vida y la muerte convivían en el petate.
Para los zapotecas era componente fundamental del ciclo vital.
En Oaxaca es una artesanía, pero también implica el estatus social al cual se pertenece.
De igual forma ahí se molía la comida o se colocaban alimentos en un proceso necesario para ingerirlos.
Otro de los usos frecuentes era como base para los altares en donde se veneraban a sus dioses o santos.
Incluso su costumbre es tan arraigada que hay frases en las que se inserta como: “ya se petateó” (falleció) o “llamarada de petate” (mucho alboroto).
Es una tradición que con el paso del tiempo desafortunadamente se pierde, debido a las pocas ganancias que los artesanos reciben.
Así como las nuevas generaciones buscan sobrevivir de otras formas, por lo que no están tan interesados en continuar con su oficio.
La importancia que este objeto conlleva es mayúscula. Ya veremos qué es lo que el futuro le depara.