Las figuras geométricas y el color, juegan un papel importante en la obra del mexicano Mario Abad.
Originario de Veracruz, se inspira en la naturaleza, otros artistas y cualquier cosa que tenga reminiscencias geométricas.
Arquitecto de profesión, comparte en entrevista con Fahrenheit Magazine, haber experimentado con el también artista Pedro Friedeberg.
“Del maestro aprendí mucho. Sobre la técnica, manejo del color, proporción, forma. Elementos presentes en mi obra, reinterpretados y plasmados en un estilo propio”, comenta.
Atraído por la conformación de las ciudades, su estructura, su crecimiento y las soluciones que se dan a los problemas surgidos constantemente, Mario Abad confiesa que la creatividad en ocasiones es fugaz.
Sin embargo, añade que aprovecha al máximo esos momentos en los que va desarrollando ideas hasta quedar satisfecho y llegar al resultado final.
Con su obra expuesta permanentemente en la Galería Tinta Naranja, Abad reconoce que crear también ha sido una catarsis en tiempos de pandemia.
“Siempre he trabajado en “confinamiento voluntario”, paso mucho tiempo concentrado sin tomar en cuenta mi entorno (…) Esta concentracion me hace escapar, por instantes, de la difícil realidad que estamos pasando”, añade.
Es así como el estilo de Mario Abad rompe cualquier paradigma visual, siendo uno de los artistas mexicanos con mayor proyección y sobre todo con un sello que no se había visto antes, en formatos, formas y profundidad.