John Constable (1776-1837) fue un pintor inglés de paisajes.
Al inicio de su carrera pintó retratos y algunos cuadros religiosos.
Fue a partir de 1820 que Constable se dedicó casi exclusivamente a los paisajes.
Sus paisajes más familiares se convirtieron el tema principal de sus obras: Suffolk, Essex y Brighton quedaron inmortalizados en sus pinturas.
La visión de la naturaleza de su niñez quedó tan grabada en su memoria que se convirtió en su principal fuente de inspiración artística a lo largo de su vida.

Los paisajes de John Constable son vívidos, en ellos no buscaba el realismo exacto en la representación de las cosas, sino la capacidad de volar ideas y emociones con ellas.
A partir de 1825 su obra se convirtió en un naturalismo más sombrío y melancólico, de añoranza, donde los paisajes se cargan más de sentimiento.
Los efectos de la luz sobre la naturaleza están muy marcados en la obra de Constable.