Muere a los 98 años Alicia Alonso, la gran leyenda del ballet cubano
El Ballet Nacional de Cuba anunció el jueves 17 de octubre la muerte de Alicia Alonso.
Ella fue una de las fundadoras de esta compañía de danza.
Alicia Ernestina de la Caridad del Cobre Martínez del Hoyo, nació en La Habana, Cuba, el 21 de diciembre de 1920.
Alicia Alonso falleció en esta misma ciudad, en el Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas, en el que se encontraba interna.
Alonso fue la bailarina latinoamericana de danza clásica más reconocida en el mundo.
Fue conocida como Prima Ballerina Assoluta, y recibió reconocimientos en países como España y Francia.
Desde 2015, el Gran Teatro de La Habana lleva su nombre.
Su paso por compañías legendarias
Alicia Alonso se formó en el American Ballet Theatre y posteriormente en Londres con Vera Vólkova.
A lo largo de su carrera trabajó en compañías como los Ballets Rusos de Montecarlo.
Fue la primera bailarina del continente americano en bailar con los ballets Bolshói de Moscú y Kirov en Leningrado.
Alonso bailó con leyendas de la danza clásica como Georges Balanchine y Michel Fokine.
Además ella misma formó parejas legendarias con bailarines como Igor Youskevitch, Azari Plisetsky y Orlando Salgado.
El Ballet Nacional de Cuba y su relevancia mundial
En 1948, funda con su esposo Fernando Alonso el que sería el Ballet Nacional de Cuba.
Esta sería la primera compañía profesional de danza clásica en el país.
Los Alonso la organizaron a partir de las experiencias de ambos en compañías en otros países.
Fue el principal escaparate para los bailarines formados en la prestigiosa Escuela Nacional de Ballet de Cuba.
A partir del triunfo de la Revolución Cubana en 1959, el ballet se vuelve uno de los estandartes culturales del país.
Por este motivo, Alicia Alonso tuvo que renunciar a su posición en el American Ballet Theatre.
A pesar de ello, pudo mantener relaciones culturales con compañías estadounidenses de danza y lograr que se presentaran en Cuba.
Repertorio inolvidable
Alicia Alonso interpretó e incorporó en su compañía las obras clásicas del repertorio de ballet como Coppélia, el Lago de los Cisnes o Las Sílfides.
A pesar de una enfermedad degenerativa de la vista que dejó parcialmente ciega desde muy joven, Alonso no dejó de bailar a lo largo de casi toda su vida.
Se le recuerda especialmente por representar el papel de Giselle, el cual hizo suyo para la posteridad.
Con ella muere quizá la última gran leyenda de la danza del siglo XX.
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