México necesita más arquitectos como Pedro Ramírez Vázquez
Apasionado y orgulloso de sus raíces, Pedro Ramírez Vázquez se convirtió en uno de los arquitectos y urbanistas más destacados y prolíficos de México, y el siglo XX.
Ramírez Vázquez, nacido en la Ciudad de México el 16 de abril de 1919, fue autor de impresionantes obras como el Estadio Azteca, el Estadio Cuauhtémoc (Puebla), el Museo Nacional de Antropología, –considerado uno de los más vanguardistas del mundo–, así como el inolvidable diseño y emblema de los Juegos Olímpicos México 68.
A 100 años de su natalicio, el mundo contemporáneo recuerda al Premio Nacional de Ciencias y Artes, que inspiró su trabajo como urbanista, diseñador, escritor, editor y funcionario público, en el orgullo de México, la difusión de su riqueza y sus necesidades sociales.
Visionario de un México moderno
El artista destacado quien fue presidente del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos México 68 y titular de la Secretaría de Asentamientos Humanos y Obras Públicas, trabajó de cerca con los arquitectos Rafael Mijares y Jorge Campuzano, con quienes buscó proyectar un México moderno. Y es que algo es cierto, la Ciudad de México no sería la misma sin el autor de la Torre de Tlatelolco, la nueva Basílica de Guadalupe, el Museo de Arte Moderno, la Escuela Nacional de Medicina en Ciudad Universitaria, y el edificio que alberga el Congreso de la Unión en San Lázaro.
Su amor por la creación trascendió México con la Capilla de la Virgen de Guadalupe en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano; el Museo de las Culturas Negras en Dakar, Senegal; y el conjunto de edificios de gobierno para Dodoma, la nueva capital de Tanzania.
El aplaudido artista egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) murió sorpresivamente el mismo día de su nacimiento de 2013, dejando al país uno de los más grandes legados arquitectónicos.